La Termografia infrarroja es una técnica no invasiva y no radiante, que utilizamos para controlar las funciones fisiológicas relacionadas con el control de la temperatura de la piel. La información real y objetiva que nos proporciona, la convierten en una herramienta útil para detectar y localizar posibles patologías incluso antes de que aparezcan.
La posibilidad de prevenir lesiones hace de la Termografía, una técnica de imagen con un enorme potencial,t anto a la hora de interpretar una posible lesión, como de monitorizar un tratamiento para ver en tiempo real si esta siendo correcto.
La regulación de la temperatura de la piel es un sistema complejo que depende del flujo sanguineo, de las estructuras locales de los tejidos subcutáneos y de la actividad del sistema nervioso simpático. Es por ello, que el sistema nervioso simpatico es el principal regulador de la circulación sanguínea en la piel, y por tanto el que controla y regula la emisión termica. La vasocontricción y la vasodilatación de los vasos sanguíneos funcionan para regular el flujo sanguíneo en la piel. Por ello un aumento de la temperatura, producirá una vasodilatacion y un aumento de flujo sanguíneo y una vasoconstricción una disminución de la temperatura, y una disminución del flujo sanguíneo.

Y es , en este punto donde nosotros establecemos una combinación de técnicas entre la TERMOGRAFIA y la NEUROMODULACIÖN.
El objetivo principal es visualizar mediante la cámara termográfica la alteración de los procesos fisiopatológicos a través de las asimetrías encontradas en la piel en tiempo real , y trabajar con la neruomodulación para reestablecer el equilibrio entre el sistema simpático y parasimpatico.
De esta manera podemos monitorizar y guiar nuestro tratamiento para ofrecer al paciente una efectividad superior a cualquier otra técnica, ya que los cambios fisiologicos los vamos a poder comprobar con la TERMOGRAFIA.